بسم الله الرحمن الرحيم
EL Profeta Jonás la paz sea con el fue enviado por Dios a una gran ciudad en donde la gente había olvidado las órdenes de Dios y hacían muchas cosas que Dios había prohibido. Jonás (aleihi el selam ) les dijo: Debéis creer sólo en Dios y obedecer sólo a Él.
Debéis adorarle sólo a Él y hacer el bien, si no lo hacéis así, caerá sobre vosotros un duro castigo.Pero pronto descubrió Jonás la paz sea con el que la gente no quería escucharle.
Entonces, perdió la paciencia y enfadado se fue de la ciudad. Más tarde, Jonás paz sea con el decidió cruzar el mar y se marchó en un barco para hacer el viaje. Pero cuando el barco estaba en medio del océano, a Jonás(a.s) le ocurrió una desgracia. Fue arrojado por encima de la borda y fue tragado por una ballena gigantesca. Sin embargo, afortunadamente, la ballena se había tragado a Jonás de un gran trago, de forma que llegó al estómago ileso.
Dentro del estómago de la ballena no había luz, y Jonás sintió mucho miedo. En la soledad, empezó a acordarse de lo que había ocurrido en la ciudad y llegó a la conclusión de que no debía haber actuado tan precipitadamente y haberse enfadado de aquella manera. Debía haberse quedado e insistir, hablando a la gente y pidiéndoles que se volvieran a Dios.
En su desesperación, Jonás(a.s) empezó a rezarle a Dios con todo su corazón. Dijo: “Oh Dios, no hay dios sino Tú. Solo a Ti alabo y doy honra. He hecho mal; si Tú no me ayudas, estaré perdido para siempre".
Dios escucha las oraciones de aquellos que le rezan a Él y de aquellos que creen en El. Dios escuchó la oración de Jonás(a.s) y le hizo salir del vientre de la ballena para ser arrojado por las olas del mar a la orilla.
El pobre Jonás(a.s) estaba en un estado lamentable y se quedó echado en la arena, débil, enfermo y desamparado. Se sentía terriblemente triste, pero Dios hizo crecer un árbol y este árbol dio a Jonás(a.s) sombra y fruta con que alimentarse. Poco después, Jonás(a.s) había recuperado su salud y su fuerza.
Cuando estaba ya mejor, Dios volvió a enviar a Jonás a la ciudad. Pero esta vez, la gente escuchó a Jonás cuando él les dijo: Debéis creer en Dios y adorarle sólo a Él. Debéis hacer el bien.